El Diario Co Latino es el periódico más antiguo de El Salvador. Fue fundado el 5 de noviembre de 1890 como Siglo XX, y luego fue renombrado como El Latinamericano, pero sería conocido, a partir de 1920 como El Latino. La historia de este periódico ha sufrido distintos encuentros y desencuentros con la historia de El Salvador. En 1989 quedó a la deriva y fue ahí dónde sus empleados crearon una cooperativa y asumieron la administración del mismo. Desde entonces, el Co Latino ha seguido surcando las tempestuosas aguas de los medios nacionales con rocas y obstáculos a su paso. El 12 de abril, la administración del periódico publicó un anuncio en redes sociales donde se pone a la venta su edificio ubicado en la 23 Avenida Sur. Este aviso se da a casi un año de que su rotativa se apagara definitivamente y de que se diera la transición a ser solo un medio digital. Con ello, esperan pagar deudas e indemnizar periodistas para luego dar paso a una redacción web más modesta que intente mantener a flote la marca. Desde Disruptiva conversamos con Gabriel Otero, gestor cultural y jefe de Programas Culturales del Bosque de Chapultepec en México, quien fundó, en 1989, el suplemento Tres Mil, una de las publicaciones culturales con mayor tradición en los medios salvadoreños. El escritor hace una reflexión de la importancia del periódico como formador de periodistas, pero también como uno de los mayores espacios del país para la difusión cultural. A continuación la plática sobre el legado del periódico también conocido como el decano de la información. Otero espera que el periódico pueda dar un nuevo salto y, al igual que el fénix en su logo, resurgir de sus propias cenizas para seguir siendo un medio de referencia cultural.